CONTAMOS HISTORIAS CON DATOS

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INVESTIGACIÓN


19/s Anatomía de los desastres

Lunes 27 de noviembre de 2017

“Los sismos seguirán existiendo, aunque
la humanidad aprenda a construir
viviendas que ya no se desplomen”.
El miedo no olvida, lo constatamos. El pánico vivido en 1985, durante los sismos del 19 y 20 de septiembre, para muchos fue una lección brutalmente violenta que se incrustó en memoria, cuerpo y alma; es inevitable comparar porque el recuerdo nos asaltó a unos y a muchos otros les dio la bienvenida.

Como hace 32 años esa experiencia nos cimbró con la misma intensidad. El colapso de la Ciudad de México nos hizo reaccionar como si recibiéramos una dosis de adrenalina pura. Miles de personas se volcaron al rescate de gente bajo los escombros, las manos solidarias brotaron de todas partes.
Las escenas e historias escalofriantes que vimos repetir por años en los noticieros cada 19 de septiembre, rememorando una ciudad en caos y rescatada por los ciudadanos ante la parálisis de las autoridades, insólitamente las repetimos.

La coincidencia no se debe a un castigo divino, ni a los astros alineados en nuestra contra, mucho menos se aproxima el fin del mundo. Simplemente olvidamos que más de cien ciudades mexicanas están enclavadas en zonas sísmicas y que 31 millones de personas viven en ellas.
Ignorar que las costas de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima y Jalisco son las de mayor incidencia y otras más son susceptibles a los efectos pues las regiones acuosas expanden la energía liberada en cada terremoto como lo es el Valle de México.

No conviene olvidar, y más nos vale no pasar por alto, que el 27% del territorio nacional está expuesto a la actividad telúrica, donde cada centímetro de esos 540,067 kilómetros cuadrados oscila permanentemente.
Debemos tatuarnos en la memoria que los terremotos no son susceptibles de predecir y que cada una trae consigo su propia anatomía.
Con calma, lo tomábamos con calma
No hacíamos ni el mínimo intento de salir, lo tomábamos con calma ¿Cuántas veces no hicimos lo mismo? Claro que, de vez en vez, obligados a evacuar lo hacíamos a regañadientes mientras el sonido de la alerta sísmica aturdía en los oídos.

Éramos de esos que sólo se quedan contemplando como grupos de personas salían con desgano de los edificios burocráticos y permanecían forzados en los puntos de reunión. "No corren, no empujan y bajan tranquilamente por las escaleras”, parecían tan civilizados.
Dimos por hecho que la lección del 85 se había aprendido. El macro simulacro programado esa mañana había cumplido con su objetivo anual, como cada año desde 1991, es así como terminamos con el protocolo conmemorativo establecido por los gobiernos Federal y local.

Banderas a media asta en señal de duelo por miles de víctimas del terremoto, por televisión o redes sociales la transmisión de reseñas trágicas que irónicamente unas horas antes nos parecía ajenas, tan distantes e irreales como las escenas de una película vieja.
Una semana antes, la tierra se cimbró en las costas de Chiapas, un movimiento de 8.1 de magnitud dejó numerosos derrumbes y víctimas mortales, ni aun así fuimos capaces de sacudirnos del todo la apatía.

El desdén y la incredulidad nos indicaba que la probabilidad de un terremoto el mismo día, no era descartable, pero tampoco consideramos ser imanes de tan mala suerte para volver a llamar a la calamidad con esa sincronía.
19S/2017
En México, la prevención y predicción de desastres naturales deben tener una altísima prioridad ya que son temas que tocan directamente la seguridad nacional, pues representan una amenaza de alto impacto para la población y tienen un porcentaje elevadísimo de probabilidad.

Los factores que convierten los desastres naturales en eventos catastróficos que amenazan la vida y nuestro patrimonio son el incremento demográfico, el crecimiento desordenado de las ciudades, la distribución desigual de la población, la pobreza, el mal uso de suelo, la mala gestión ambiental y la escasa cultura de la prevención en materia de protección civil.
Al terremoto del 19 de septiembre pasado podemos atribuirle muchos de estos componentes que combinados con la imperante corrupción inmobiliaria convirtieron la presencia de un fenómeno natural en una fatalidad para muchas familias.

La cultura del desastre requiere del estudio interdisciplinario y conocimiento técnico, científico y social actualizado. No hay otra ruta.
Con la experiencia vivida en 1985, se hicieron reglamentos de construcción exprofeso para una ciudad asentada en una zona de riego sísmico con edificaciones, se implementó el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SAXMEX) que nos avisa unos segundos antes para evacuar e hicimos protocolos de emergencia y programamos simulacros de prevención, pero será suficiente lo que hacemos en México o ¿qué nos hizo falta? La obvia respuesta es ¡cumplirlas!

La violación sistemática de la legalidad es corrupción que mata. Es indiscutible que lo más evidente durante los sismos recientemente ocurridos fue la inmediata respuesta ciudadana contraria a la actuación de las autoridades en materia de atención de emergencias, protección civil, seguridad, difusión de información confiable y atención a damnificados.
Hay dudas suficientes para señalar la negligencia y raquítica operación que priva en las autoridades de todos los niveles y que integran el Sistema Nacional de Protección Civil, organismo que tiene antecedente desde octubre de 1985 con el Comité de Prevención de Seguridad Civil, decretado a raíz de los estragos de los terremotos de ese año.

Hay evidencias de la colusión entre autoridades e inmobiliarias que alteran documentación oficial sobre usos de suelo y tipos de construcción.
Los ciudadanos con recursos propios mapearon las zonas siniestradas, las edificaciones en peligro de colapso, buscaron información de víctimas, de hospitalizados, organizaron brigadas de apoyo a rescatistas y centros de acopio.

Este 19S aterró otra vez, pero también avergonzó a las autoridades tanto locales como federales que ocultaron y desvirtuaron información. Desnudó complicidades que a simple vista muestran su letargo y desprecio por la vida de los ciudadanos.
El derrumbe más crítico no fue en la edificaciones endebles, resanadas y adulteradas que se vinieron abajo, el colapso más grande, más escandaloso e irreparable lo tuvo el gobierno de la Ciudad de México.

La anatomía de esta ciudad después del 19S se quedó con grietas, fisuras y tapizada de anuncios de "precaución" por delegaciones.
Los daños y las pérdidas del 19S
Los sismos siguen siendo la fuerza más impredecible de la naturaleza y ante el riesgo permanente requerimos en las zonas expuestas de un modelo gestión integral de riesgos eficiente y actualizado.

Nos lo recordó este 19S, las pérdidas humanas, el traslado de heridos, los reportes de desaparecidos, los centros de acopio, los refugios para damnificados, los informes de daños estructurales en edificios y viviendas ante un desastre natural son datos vitales que la ciudadanía y la mínima obligación de las autoridades.
El momento más crítico después de un desastre natural viene justo en los instantes posteriores donde la población afectada requiere de asistencia inmediata.

Los colapsos en edificaciones a causa de un terremoto dejan personas atrapadas o lesionadas debido al impacto de fragmentos de vidrio, acero o concreto, en estas víctimas se focalizan los primeros auxilios y el traslado a centros hospitalarios.
Género y edad de personas hospitalizadas
Fuente de los datos: locatel.cdmx.gob.mx
Consulta 3 de octubre de 2017
Distribución de hospitalizados en ciudades afectadas (Cliquea los recuadros para más información)
Fuente de los datos: locatel.cdmx.gob.mx, consulta 3 de octubre de 2017
La cuantificación de los decesos se hace progresivamente, es imprescindible que la información sobre esta materia sea confiable y que ofrezca los detalles necesarios en cuanto al levantamiento del cuerpo, su posible identificación en el lugar del siniestro, así como el sitio donde será trasladado para su posterior resguardo.

En este rubro la fuente autorizada fue la Coordinación Nacional de Protección Civil del gobierno Federal a cargo de Luis Felipe Puente, quien hasta el momento ha publicado las cifras de fallecidos quedando en 369 defunciones, 228 en la Ciudad de México, 74 en el estado de Morelos, 45 en Puebla, 15 en el Estado de México, 6 en Guerrero y Una en Oaxaca. Según el informe de este 4 de octubre a las 9:56 de la mañana.
Rescatados y fallecidos en edificios colapsados
Fuente de los datos: https://datos.gob.mx/busca/dataset/mapeo-colaborativo-sismo-19-s
Consulta 10 de octubre de 2017
Por otro lado, informó que durante las actividades de rescate 69 personas fueron sacadas con vida de los escombros.

En las labores de rescate participaron, según esta dependencia 34,843 elementos pertenecientes a la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de la Marina y la Policía Federal.
Aún no se cuantifican los voluntarios civiles que apoyaron en los trabajos de rescate, pero no es difícil adelantar que se multiplica exponencialmente.

Otro sector de la población debe ser evacuada debido al peligro de derrumbes parciales o totales y necesita ser reubicada en lugares seguros, proporcionarles víveres, techo y medicinas.
Los apoyos han sido distribuidos a la población afectada, en la Ciudad de México se han destinado 669,162,380 millones de pesos de Apoyos Parciales Inmediatos, según datos de la SHCP que están disponibles en el micrositio Fuerza México de Transparencia Presupuestal.

Sin embargo, ya se han presentado situaciones donde falsos damnificados han cobrado indebidamente montos para pago de renta, la Contraloría de la CDMX ha detectado al menos 2 mil casos de personas que recibieron cheques emitidos por el Instituto de la Vivienda, (INVI) alrededor del 10% del total y asciende a 6 millones de pesos.
Colapso de edificios
En Ciudad de México colapsaron 38 inmuebles y el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera ha indicado que 500 están en riesgo y podrían ser demolidos o requerirán bastantes obras de reconstrucción antes de volver a ser habitables. La mayoría de estos edificios con residenciales.

Según la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI), a cargo de Felipe de Jesús Gutiérrez, a la fecha ha evaluado 14 mil inmuebles.
Daños en construcciones de la Ciudad de México a partir del 19/s
Fuente de los datos: https://datos.gob.mx/busca/dataset/mapeo-colaborativo-sismo-19-s
Consulta 9 de octubre de 2017
Afectaciones a la actividad comercial
Cerca de 328, 662 establecimientos económicos fueron afectados por los sismos ocurridos los pasados 7 y 19 de septiembre en México, según cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

Esto representa el 16.1% de todos los negocios instalados en las ocho entidades más afectadas por los movimientos telúricos como Chiapas, Ciudad de México, Guerrero, Estado de México, Morelos, Oaxaca, Puebla y Tlaxcala.
En estos estados se localizan 2.3 millones de establecimientos económicos, lo que representa 41.4% del total del país.

La Encuesta sobre las Afectaciones de los Sismos de Septiembre de 2017 del INEGI contabiliza casi dos millones de establecimientos económicos, de los cuales las industrias manufactureras representan 11.6%, comercio 49.1% y los Servicios privados no financieros 39.3%.
Los sectores afectados reportan que no haber recibido apoyos o ayudas para atender las afectaciones, en un 100% las industrias manufactureras, el 87.2% del comercio y 90.8% servicios privados no financieros.

Las entidades federativas con mayor porcentaje de suspensión de actividades de sus establecimientos es Morelos en primer sitio con 55.2%, le sigue Ciudad de México 48.9% y Puebla 47.5%.
En la Ciudad de México el secretario de Desarrollo Económico (SEDECO), Salomón Chertorivski, informó que a raíz del 19S los negocios con afectaciones ascienden a 1054, de los cuales 329 son mercados, 14 de éstos fueron afectados, el único que será demolido se ubica en San Gregorio, Xochimilco.

En el Primer Informe sobre la Afectación de la Actividad Económica después del Sismo del 19 de Septiembre, el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, informó que la actividad afectada dentro de los polígonos de edificios colapsados asciende a 930 comercios que dan empleo a 7,798 empleados Y que dentro cinco días posteriores al terremoto se estima que las pérdidas comerciales sumaron 34, 568, 164 millones de pesos (http://bit.ly/2yewuyP)
Mismo fenómeno distinta anatomía
Cinna Lomnitz, fue geofísico y experto en sismología llegó a México y se integró al Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1968 durante el movimiento universitario. En 1985 fue testigo del terremoto que causó miles de víctimas, conmocionado se centró en averiguar las causas del daño.

El experto aseguraba que "El desastre ataca siempre en la interfase entre naturaleza y sociedad. Consiste en una cadena de hechos imprevisibles que cambian de desastre en desastre porque la sociedad cambia. Los desastres se ceban en la pobreza y en la falta de cohesión social. A mejor sociedad, mayor seguridad. Lo único que funciona en los desastres es una sociedad próspera, solidaria, justa y equitativa".
No estamos preparados para el siguiente terremoto, nunca lo estaremos porque cada movimiento es único y el 19 de septiembre pasado venía con su propia anatomía.

Este es un trabajo de La Data donde colaboraron Susana Zavala-Orozco (texto), Daniel Gómez (análisis de datos), Rocío Arias (diseño de información) y Oliver Morales (edición).